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domingo, 6 de marzo de 2016

La pérdida de un ser querido. 7 Preguntas que el duelo puede plantearte

Si perteneciéramos a una cultura diferente a la occidental, seguramente tendríamos una concepción de la muerte distinta de la que tenemos y, por lo tanto, la asumiríamos otras actitudes frente a ella. Pero en nuestra cultura, cuando una persona cercana muere, el dolor por la pérdida es inminente. Por eso, las profesiones de la salud mental se han visto en la necesidad de investigar y teorizar acerca de ese dolor.

Constantemente se habla de atravesar unas fases de duelo: negación, ira, negociación, depresión y finalmente aceptación; son las que plantea el modelo de Kübler-Ross. También se dice que estas etapas no se viven en un orden predeterminado, sino de una manera particular en cada persona. Lo cierto es que el duelo es un proceso necesario para poder decir adiós. Sin embargo, para muchos, dicho proceso no se da tan fácil ni rápidamente y las herramientas de su entorno se hacen insuficientes para afrontarlo. Es ahí cuando la intervención de un profesional es una opción a considerar.



Partiendo de mi formación y experiencia, me inclino a pensar que el duelo por la muerte de un ser querido, tiene grandes diferencias con los que se presentan por otros tipos de pérdida. A continuación formulo 7 preguntas que podría plantearse una persona que esté atravesando por este proceso:

1. ¿Qué lugar me daba esa persona en el mundo?
2. ¿En qué lugar quedo ahora que no está?
3. ¿Tengo un espacio donde alojar mi dolor o sólo me he tenido que ocupar del dolor de otros?
4. ¿Los ritos fúnebres hechos hasta el momento (ceremonias religiosas, entierro, cremación, etc.) han sido suficientes para mi propia despedida?
5. ¿Cuento con las personas que esperaba y/o de la manera en que esperaba?
6. ¿Me ha cambiado la imagen que tenía de esa persona ahora que está ausente?
7. ¿Este suceso me ha hecho pensar en mi propia muerte?

jueves, 25 de febrero de 2016

Las rupturas amorosas:10 descubrimientos por hacer

Terminar una relación sentimental es una situación por la que todas las personas han atravesado en algún momento de su vida. En algunos casos puede resultar aliviador y no provocar un impacto negativo. Sin embargo, en muchas ocasiones, suele ser un evento muy doloroso y de difícil superación. En esos momentos, hombres y mujeres tienden a rodearse de sus amigos, familiares, compañeros, etc., quienes tratan de ofrecer compañía y tranquilidad mediante invitaciones, festejos, paseos y todo tipo de actividades sociales, en las que se supone que la persona que está triste, se va a "olvidar" de lo que le está sucediendo, o se va a "distraer un poco" y finalmente todo pasará. Y en el peor de los casos, viene el aislamiento.

Muchos se preguntarán: ¿Para qué acudir a un psicoanalista en estos casos? ¿Acaso no es un dolor que se cura con el tiempo o con un nuevo amor? Mi experiencia profesional me ha mostrado que el duelo por ruptura amorosa es uno de los motivos de mayor consulta, pues puede tornarse insoportable. Les contaré 10 de los descubrimientos que las personas suelen lograr en el proceso:

1. No será posible encontrar un culpable.
2. No es la primera vez que termina una relación de esa manera.
3. El estilo de su relación amorosa refleja fielmente su forma de relacionarse con todas las personas.
4. Existe un duelo anterior a éste que aún no ha elaborado.
5. El tipo de relación de pareja que tuvo es muy común en su familia.
6. Sus expectativas sobre su pareja están basadas en ideales sociales que no aplican para todo el mundo.
7. Dedicó su tiempo a moldear sus gustos, reacciones, opiniones, etc., a imagen y semejanza de su pareja y ahora que no están juntos, nada tiene sentido.
8. Lo único que sostenía aquella relación era el miedo de uno o de los dos, a no poder atraer a otras personas.
9. Prefiere sentirse víctima de abandono que ver otras posibilidades.
10. Creía que el amor por pareja era incondicional y desinteresado, sin poder reconocer lo que esperaba recibir a cambio.

De manera que el aporte de un proceso psicoanalítico en casos de ruptura amorosa, más allá de la elaboración del duelo, es la movilización del sujeto en sus formas de relacionarse, evitar que siga protagonizando, una y otra vez, la misma historia y que siga apegándose a respuestas como: "es que todos los hombres son iguales", o: "todas las mujeres están locas".